He leído recientemente un ensayo sobre el feminismo -titulado Feminismo para principiantes- que me ha parecido muy interesante. Sobre todo porque hoy casi nadie habla del tema.
Me ha bastado leerlo para recordar toda la lucha que han mantenido las mujeres a lo largo de la historia, y que mantienen aún, por no ser invisibles, por ser seres humanos con derechos y libertades, por dejar de ser tratadas como posesión, como objetos o como locas que se creen lo que no son.
Lo más interesante es el punto de vista que tiene la autora sobre la falsa liberación de la mujer occidental hoy. Punto de vista que comparto, ya que siempre me ha parecido un asunto pendiente de resolver.
¿De qué nos sirve a las mujeres salir de las garras del patriarcado y del machismo si no somos capaces de ponernos en valor por el sólo hecho de ser mujer? ¿De qué nos sirve una independencia económica si no la tenemos emocional? ¿Adónde vamos si necesitamos la aprobación ajena para sentirnos bien?
Se han hecho avances. Esto es innegable. Y se seguirán haciendo, espero.
Pero mientras no partamos de nuestra propia valoración, de creernos nuestra valía, poco vamos a sentir una liberación que nos ha soltado unos lazos para atarnos con otros. Ahora somos mujeres económicamente independientes, que tomamos decisiones y que caemos en un consumismo diseñado especialmente para nosotras, del que, en muchas ocasiones, no somos conscientes.
Y aquí estamos, programadas para hacer lo que se espera de nosotras, esclavas de una imagen que no hemos elegido y de unos valores impuestos por una sociedad a la que no le interesa nuestra valía, sino nuestro poder adquisitivo.
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