El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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viernes, 4 de agosto de 2017

Uno del Bilbao



Un bilbaino, por la mañana, en su habitación mirándose al espejo:
–Joder, pero mira que soy guapo, fíjate qué brazos y qué cara. Madre mía si es que soy perfecto, ostia, y encima de Bilbao.
Entra la madre a la habitación en ese momento y le dice:
–Patxi, tengo que decirte algo sobre tu hermana, ha decido meterse a monja. 
Cierra la madre la puerta, Patxi ojiplatico se da la vuelta, se mira de nuevo al espejo y dice:
–Jodeeeeer, guapo, de Bilbao y "cuñao" de Dios. La ostia, soy la ostia.

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