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pero el que recibe nunca debe olvidar
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miércoles, 31 de mayo de 2017

Hazlo por mí

El rincón del optimista
Juan


Hace unos días me puse a ordenar un armario de casa de mis padres donde se amontonaban libros, revistas y cuadernos viejos. Y ahí me encontré una auténtica ‘joya’. Era la agenda donde mi madre apuntaba todas las citas médicas programadas tanto para ella como para mi padre, Teyo. Felisa murió ahora en junio hace ya 10 años.
Esa agenda era realmente del año 2001, pero las citas ambulatorias y hospitalarias se amontonaron durante varios años más. La mayoría de los apuntes son básicamente prácticos con apuntes de horario, lugar, médico, motivo y paciente de la cita médica. Pero también hay comentarios, a mi entender, dignos de mención. Los comparto:
- “Creo que la oncóloga me ha desahuciado hoy”.
- “El ginecólogo me da cita de la revisión para año y medio… si llegamos allá, que no creo”.
- “Teyo empezó a tomar el antidepresivo dos días antes de que se hundiera la bodega, después de media hora que había estado él sacando la tierra que se había caído”.
Pero hay un comentario que me ha gustado especialmente porque me parece un verdadero testamento vital de alguien que siempre estuvo más preocupada y pendiente de los demás que de ella misma: “Teyo, no dejes de tomar el Prisdal (antidepresivo), hazlo por mí”. No estoy seguro de que mi padre haya leído esta especie de diario de los ‘dolores’, pero lo cierto es que Teyo siempre ha sido obediente y, sobre todo, metódico y rutinario para casi todo en la vida. También pidió al amor de su vida antes de despedirse que podara y regara los rosales que ella misma había plantado en la casa del pueblo. Hoy día mi padre sigue vivo, toma su medicación puntualmente como le encargó mi madre… y de los rosales de la puerta de casa nacen unas rosas rojas que son la envidia de todo el que pasa por delante.

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