El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 14 de enero de 2018

Sin catedral

El rincón del optimista
Juan


Hace poco tiempo tuve un sueño espantoso. Soñé que la Catedral de León se desplomaba, que nos quedábamos sin catedral, sin nuestra hermosa catedral gótica. Fue bastante agobiante hasta que me desperté y comprobé que todo había sido fabricado por mi mente durmiente y perversa. Y lo peor de todo es que el derrumbe había sido como consecuencia de un atentado terrorista con bomba que había provocado muertos, eso precisamente fue lo que acabó despertándome por la angustia que me producía tanta desazón.
De la angustia pasé al sosiego cuando comprobé que todo había sido producido por mi cabecita inquieta y juguetona. Pero la sensación final que me quedó fue del recuerdo visual de aquel enorme hueco que había dejado la Pulchra leonina (bella leonesa) tras caerse hecha trizas. Qué vacío, qué ciudad muerta al faltarle ese corazón que late a todas horas. Anoche mismo, estuve paseando durante casi una hora por el centro de la ciudad y comprobé la fascinación que produce en los viandantes este edificio fastuoso, tanto en foráneos como en locales; en quienes la ven por primera vez o en quienes se reencuentran con ‘ella’ tras un tiempo, ya sea corto o largo. Sigue latiendo impertérrita su hermosura por todos los poros de sus piedras. Y me gusta bastante su iluminación; de día, la luz del sol; y de noche, con ese juego de focos de luz blanca y amarilla… que no deslumbra más que su hermosura. Ahí ha estado durante más de 700 años presidiendo la vida diaria de esta pequeña ciudad de provincias. Ahí deberá seguir para ver la vida pasar con presencia y vida propia.
No, que no soy capaz de imaginarme León sin este templo, sin esta maravilla de la arquitectura, sin este regalo para los ojos y para el alma. Y si entras dentro… eso ya es harina de otro costal.
Qué alegría comprobar que todo había sido una mala pesadilla. Buffffffff!!!!!
Asín sea.

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