El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
sábado, 31 de marzo de 2018

Mudanzas sin prisa

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Con el agua al cuello, Jesús Aguado

Decía Santa Teresa que, en tiempos de crisis, mejor no hacer mudanzas.

Ella lo dijo en el siglo XVI y yo he descubierto, en el XXI, que es verdad. Mi experiencia vital me ha demostrado sobradamente que, cuando algo se está tambaleando en nuestra vida, es mejor estarse quieta, parar, observar y aprender. Y cuando el ciclón pasa y volvemos a recuperar la calma, es el momento de tomar decisiones. Entonces sí, no antes.

Esto, que parece algo tan simple y tan de sentido común, no siempre resulta fácil. En lugar de parar y aguantar, nos entra a todos prisa por cambiar la situación que nos tambalea. Tomamos decisiones atropelladas y a salto de mata, sin caer en la cuenta de que, así tomadas, resultan parches que sólo nos llevan a una huida hacia adelante y a un sálvese lo que pueda.

He conocido casos en que esa prisa ha llevado a acciones tan disparatadas como romper relaciones de cuajo o dejar el trabajo o cambiar de domicilio o abandonar una medicación o hacer una llamada a destiempo. Decisiones que luego pesan como bloques de cemento y que acaban por causar un malestar peor al que intentaron evitar.

Cuando una crisis nos atraviesa, dejémosla estar. Permanezcamos atentos a lo que nos quiere enseñar. Observemos su punto álgido y su evolución. Mantengámonos en la rutina lo más posible –protegiéndonos- aunque ello suponga agarrarse a detalles nimios y aparentemente insignificantes. Y démosle después las gracias.

Nadie que se oponga a un vendaval abiertamente consigue vencer al viento.

Todavía no hay comentarios

Esperamos el tuyo