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pero el que recibe nunca debe olvidar
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sábado, 16 de febrero de 2019

Autenticidad que emociona

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

He llorado de emoción (y creo que media España también) ante el discurso del actor Jesús Vidal al recoger su Goya por la película “Campeones”.

No ha sido tanto el contenido -en realidad ha dicho prácticamente lo que otros premiados- sino la forma de transmitir el mensaje. Un mensaje sincero, lleno de autenticidad, lejos del postureo que adoptamos en muchas ocasiones ante situaciones que lo requieren.

Es curioso que emocione la autenticidad. Es llamativo que cale tan hondo un mensaje simple y llano de agradecimiento. Es desconcertante que, entre tanto maquillaje y adorno superficial, lo más austero, lo menos elaborado, triunfe.

Todos aquellos que nos hemos emocionado ante este hecho, deberíamos preguntarnos qué nos ha conmovido tanto, qué sutil cuerda sentimental ha sido tocada en nuestro  interior, cómo han sido pronunciadas esas palabras para no dejarnos indiferentes.

¿Será que, perdidos como estamos entre bambalinas teatrales y luces de neón, la luz blanca, directa y diáfana nos hiere la mirada y nos afloja la lágrima? ¿Será la falta de costumbre ante lo que debería ser algo normal? ¿Será la sensibilidad contenida tantas veces, que ha encontrado el resquicio oportuno para aparecer y nos ha descolocado?

Nos empeñamos en ser correctos y en enseñar modales correctos. No está mal, por supuesto. Pero, tal vez, deberíamos empeñarnos en ser auténticos y en enseñar modales de autenticidad. Así, los ejemplos no serían tan escasos de encontrar  y no nos trastocarían la sensibilidad de este modo.

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